Regalos...
Ayer por la noche me llegaron grandes regalos...sólo tuve unos minutos para recibir lo que pudiera. Me quedé con una ventizca y algunas hojas bailarinas que me ofrecieron un espectáculo sin igual...me invitaron a bailar y me dejaron sus caricias de recuerdo. Apenas y pude tomar una llave con la que me liberé por un instante de mis grilletes, y pude volar, pude sentir...pude SER.
Hoy un ángel me llevó de la mano a un cementerio pintado de rosa. Me abrazó por un instante y luego se desvaneció. De pronto apareció un dragón...al principio tuve miedo, pero luego lo miré a los ojos y lo reconocí; era un viejo amigo que creí haber perdido. Me subió a su lomo y me llevo volándo a recorrer el universo; me mostró la eternidad. Llorando de alegría le di las gracias y lo invité a mi posada, pero despreció el gesto, al menos por el momento. Dijo que aún no era tiempo.
Se hacía tarde y me llevó de regreso, esta vez no al cementerio. Me dejó en un cruce de caminos que lindaba con el infinito. Volví, aunque no lo se de cierto. Sólo se que he visto, he sentido y he tenido mas de lo que merezco; que aún no soy mas...que polvo en el viento y que en cualquier momento llegará el huracán, que no tengo mas que este instrumento embustero que me deja caer.
Mañana...mañana no ha llegado.