Mujer
Sigo con la raja entre los mundos.Las mujeres estamos mejor que los hombres en ese sentido. No estamos obligadas a arrojarnos a un abismo. Las mujeres menstruamos.
El Nagual le dijo a Doña Soledad que esa era nuestra puerta. Durante la regla nos convertimos en otra cosas. Era en esos períodos cuando él enseñaba a las niñas.
Era demasiado tarde para Doña Soledad; era demasiado vieja para llegar a conocer el verdadero aspecto de esas puertas. El Nagual las llevaría a las montañas durante esos días y se quedaría junto a ellas hasta que viesen la fractura entre los mundos.
El Nagual, que no tenía escrúpulos ni sentía miedo ante nada, las acuciaba sin piedad para que llegasen a descubrir por sí mismas que hay una fractura en las mujeres, una fractura que ellas disfrazan muy bien. Durante la regla, no importa cuán bueno sea, su disfraz se desmorona y quedan desnudas.
El Nagual impelió a las niñas a abrir esa fractura hasta que estuvieron al borde de la muerte. Lo hicieron. Él las llevó á hacerlo, pero tardaron años.
Es en esos días cuando la línea entre vivir y morír se hace más delgada. Y no hablo en sentido literal. Vivir, es respirar, oler, saborear, sentir, observar, sonreír. Morir, es quedarte atrapada en imágenes mentales, en recuerdos, en sentimentalismos, en escusas estúpidas, lamentarte, flagelarte, seguir en el pasado o querer llegar al futuro.
Deja de poner atención un momento a la vocesita 'cagabolas' de tu cabeza, y ponle atención al silencio...y te darás cuenta de que nunca se calla, pero tu decides no escucharlo.
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Referencias: El Segundo Anillo de Poder (Pág.17)