Sapos encantados, auténticos y garantizados...
Sapos encantados, auténticos y garantizados'...Así decía elletrero sobre el acuario de cristal, lleno de pequeños sapos, enuna tienda.La idea se me hizo medio fumada y la curiosidad me llevó apreguntarle a la mujer que atendía que me explicara. Y me contestóesta jalada:'Se convierten en príncipes, sólo tienes que seguir lasinstrucciones'y diciendo esto me entregó un pequeño cuadernillo conlas instrucciones.Por supuesto que yo ni le creí, pero la vendedoratomó un sapo alazar y me lo dio asegurándome 'TODOS SON IGUALES' me dijo :'¡Sigue las instrucciones al pie de la letra y mañana a estashoras tendrás a tu príncipe!'Al llegar a la casa pensé 'pinche vieja loca, ahora qué voy ahacer con este sapo'. Le marqué a una amiga que al igual que yotiene una pinche suerte con los hombres bien jodida y le platiquélo que me dijo la vieja del sapo que convertiría en príncipe (síclaro!)*Cuando colgamos me puse a leer lasinstrucciones. Bastaba con alimentar al bicho asqueroso cada mediahora exactamente, durante 24 horas exactas, día y noche, sinretrasarse ni un minuto, ni saltarse una comida porque de locontrario, el hechizo no se rompería y el saposeguiría siendo un asqueroso sapopero…espérense, que voy leyendo el manual y decía:Aclaración: Los sapos encantados se alimentan de amor, cadamedia hora exacta, debes decirle a tu sapito palabras cariñosas, piropos, hacerle sentir que no es un sapo, sinoun príncipe, para que efectivamente, se convierta en uno,aliméntalo con amor'?Yo dije: ¡¡¡no maaamen!!!¿Qué clase de chingadera es ésta?Pero bueno pues a falta de quehacer lo hice, total pinche sapo alo mejor sí necesitaba amor, miré el reloj que marcaba exactamentelas 8:15 de la noche, así que tomé al sapo entremis manos, y nada más de verle esos pinches ojos tan feos no supede dónde saquéinspiración y empecé:'Eres hermoso, te amo'Me sentí taaan pendeja pero de repente una luz dorada sedesprendió del animalejo, tan intensa que me deslumbró y hastacreí escuchar el sonido lejano de campanas.¡¡¡A lamaaadre!!!...fue mi única expresión pero al momento de verlo elbicho seguía entre mis manos, un sapo común y corriente, frío yresbaladizo. Pensé que quizá me estaba volviendo loca así que alas 8:45 volví a tomarlo entre mis manos >y le dije:'Eres un príncipe, el más hermoso de todos, te amo'La luz dorada fue ahora más intensa que antes, el sonidode campanas pareció envolverme, No se qué chingaos me pasabahaciendo eso, pero todo el pinche día, cada media hora estuvediciéndoleal sapo las cosas más hermosas que salían de mi cabeza....lehice poesías, le canté canciones, le dije que lo amaba y lohermoso que era, y cada vez la luz dorada era más y másresplandeciente, el sonido de campanas era más intenso.Prefería no comer, no ir al baño con tal de seguir con elproceso del pinche sapo feo, todo ese día estuve dedicada a misapo.Al día siguiente, estaba tan cansada que yo creo que me drogótanto sueño y besé al pinche sapo en el hocico (sí, ya sé!¡¡qué aaasco!!) Nooo!!! nunca hubiera hecho eso!!!! Me quedédormida y cuando me desperté había un hombre acostado allado míoen mi cama!.Me quede impactada o sea el pinche viejo estaba de¡¡¡no maaameees!!! Buenisisisísimo? ....así listopara comérselo. Él volteó a verme y me dijo:'Graciaspor romper el hechizo, soy tu príncipe, ¿Me amas?'No lo pensé ni dos veces y le contesté: 'CLARO QUE SÍ!!! (es quesi lo hubieran viiisto) Estaba más que perfecto, y que me dice:...'mientras más me ames más hermoso seré'…Uuuuuta, no cállense, me decía:'Dime qué me amas'- me pedía, y yo le decía:'Te amo, te amo, te amo'--.--¿Cuánto me amas?' me preguntaba entonces y yo lerespondía:-'¡Mucho, mucho, mucho!'--.--¿Qué serías capaz de hacer por mí?'--yo como idiota le decía:'¡Todo, todo, todo, tooodooo!'Claro que le decía todo esto porque no quería perder esas nochesde pasión que la neta? ya me uuurgían! Le compré a mi prínciperopa, porque no tenía y no podía andar desnudo por todos lados,aunque yo era feliz contemplándolo así, pero no les iba a dar ladicha a las demás viejas en la calle. Claro que el principito resulto ser muy fino y quería que le
comprara ropa carisísima, AAAh! Y lo tenía que llevar a
comer y a cenar a los mejores lugares.....
Pero bueno no sé qué tan endiosada me tenía que no le
di importancia, (esas noches....)
Claro que
el wey era creidísimo y no paraba de decirme: 'Eres afortunada de
tenerme a tu lado'.... No cualquieraaaa!!! TIENE
UN PRINCIPEEEE!!!!!'
Las exigencias fueron en aumento, tuve que darle a mi príncipe gran parte de mi sueldo, vacaciones etc.
para ello, tuve que trabajar horas extras y entonces mi príncipe
empezó a quejarse de que no lo atendía, de que pasaba muchas horas fuera de la casa, que se sentía
solo y que yo ya no lo amaba como antes.
Las cuentas seguían llegando, me daba rabia llegar a la casa a
las diez de la noche, después de haber trabajado toooodo el día,
y encontrar al tipo viendo la televisión.
Me ví en el espejo: mi mirada estaba apagada, mi cabello
necesitaba con urgencia un buen corte, mis manos ásperas, mi
ropa....
¡hacía tanto que no me compraba ropa nueva! para que el cabrón se
diera sus lujos y encima dijera:
'los príncipes NO DAN EXPLICACIONES'-
Total que el pendejo un día llega y me dice: 'Fui a buscar lo
que no tengo en casa, porque tú ya no me amas, ya no me
atiendes,
no te arreglas para mí, ya no haces nada por mí y si no haces
nada por mí, me iré, te dejaré, y si me voy, te morirás de
tristeza sin mí, porque tú no quieres perderme, soy un príncipe.
¡Soy lo mejor que tienes en tu vida!'... pensé en la cantidad de
cuentas por pagar, en las horas de trabajo extra, en el
cansancio, en la frustración y la rabia.
Yo estaba encabronadísima, y encabronadísima es poco?
Emputadísima es la palabra!!!!
Agarré el pinche manual de instrucciones y en la última página,
con letras tan pequeñas como pulgas, pude leer:
'Para deshacer el hechizo, basta con
recordarle al príncipe que
es un sapo, basta recordar que tú eres real, basta con recuperar
la fé en ti misma y en tu propia fuerza, basta entender que no
necesitas príncipes para ser feliz'.
En chinga bajé corriendo las escaleras y me planté delante de mi
príncipe, el que de repente ya no me parecía tan hermoso ni tan
perfecto y le grité:
--'¡Eres un pinche y jodido sapo verde!'?
'¡Nooo!'-- el wey me gritó furioso. '¡Soy un príncipe, soy lo
mejor de tu vida tú me amas, me necesitas!'.
--'¡Eres un pinche sapo verde que da asco!!'--. Le grité de nuevo.
'¡Nooo!'--. Dijo ahora, pero en su voz se notaba la inseguridad
¡Tú me amas! ¡No
puedes perderme!
Me empecé
a cagar de la risa y sorprendido preguntó del por qué me
reía y le contesté: 'eres un estúpido sapo hueco, quién va a
necesitar semejante animal tan asqueroso como tú, bla, bla, bla...
Y entre más le gritaba cosas que bajaran su autoestima más
chiquito se hacía el wey hasta llegar a hacer un sapo.
En chinga fui a regresárselo a la vendedora, quien sonrió y me
repitió de nuevo:
--'TODOS SON IGUALES'-- nada más es cuestión de que te endioses
con ellos para que se crean la octava maravilla y hagan de ti lo
que quieran.
...Así que cuidado porque hay muchos, no traten al hombre como un
príncipe!! Porque no es mas que un simple y pinche sapo!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MANDENLO A LAS NIÑAS QUE CONOCEN… AYUDENLES A
ABRIR LOS OJITOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Y A TODOS LOS QUE SE QUIEREN CREEER MUY PENDEJOS LOS PINCHES SAPOS JAJAJAJAJA................................
Sólo las personas que se atreven a ir demasiado lejos,
lográn descubrir hasta dónde pueden llegar.